Los cambios en el estilo de vida, como pasar más tiempo sentado frente a la pantalla, comer alimentos ultraprocesados y tener poca actividad física, se han relacionado con un mayor riesgo de sufrir un infarto prematuro.

Aunque anteriormente era poco común que personas menores de 40 años experimentaran un infarto, hoy en día, la tendencia ha cambiado. El cardiólogo preventivo Luke Laffin, codirector del Centro de Trastornos de la Presión Arterial de Cleveland Clinic, ha confirmado que el riesgo de sufrir un infarto prematuro puede desarrollarse o acelerarse a una edad temprana. Además de los cambios en el estilo de vida mencionados, otros factores de riesgo de infarto incluyen la diabetes de tipo 2, el consumo de tabaco, el abuso de sustancias y los antecedentes familiares de enfermedades cardiacas.

La mejor forma de prevenir un infarto es prevenir la progresión de los factores de riesgo antes de que se conviertan en preocupantes. Por lo tanto, se sugiere hacer más ejercicio, mantener un peso saludable, comer alimentos nutritivos, controlar el estrés y dejar de fumar. También es importante conocer los antecedentes cardiacos de su familia para tomar medidas preventivas necesarias ante posibles problemas cardiovasculares.

El doctor Laffin enfatiza la importancia de tomarse en serio los factores de riesgo de infarto, especialmente entre los jóvenes. "Tenemos que ser comprometidos en la modificación de los factores de riesgo, o la tasa de infarto en personas de edad joven va a seguir subiendo", advierte el doctor Laffin.