El sueño es una necesidad básica del organismo que permite restablecer nuestras necesidades físicas y psicológicas y cuando no es de calidad afecta la salud cardiovascular

Durante el sueño, las personas se mantienen inconscientes, pero las funciones del cerebro y del cuerpo continúan activas. Por lo que una de las funciones principales del sueño es regular la temperatura corporal, como si fuera un “termostato”, para mantener la temperatura que necesita el organismo en cada momento y poder realizar los procesos metabólicos u hormonales fundamentales.

Sin este control de la temperatura corporal el organismo moriría. De ahí la importancia de tener un buen sueño. Así que un sueño de “mala calidad” puede afectar a la salud mental y física. Pero también puede provocar “trastornos cardio-respiratorios y cognitivos por somnolencia diurna excesiva, características muy prevalentes en la población general”, según explica el doctor David Pérez Martínez, jefe del Servicio de Neurología del Hospital La luz.

“Hay evidencia científica que relaciona las apneas durante el sueño con un aumento del riesgo de cardiopatía isquémica, arritmias e ictus”, asegura el doctor Roberto Martín Reyes, Jefe del Servicio de Cardiología Clínica e Intervencionista del Hospital La Luz.

Apnea del sueño y recomendaciones

La apnea del sueño es uno de los trastornos más graves ya que la respiración se detiene y vuelve a comenzar repetidas veces mientras dormimos. Esto hace que aumente el riesgo de problemas vasculares tanto en el corazón como en el cerebro.

La apnea provoca un descenso de los niveles de oxígeno en sangre y por tanto un aumento de la presión arterial y una sobrecarga en el sistema cardiovascular. Esto hace que el riesgo de ataque cardiaco aumente, así como posibles accidentes cerebro-vasculares, o latidos anormales del corazón como arritmias o fibrilación auricular.

Por lo que los especialistas del Hospital La Luz recomiendan evitar el sobrepeso ya que no permite que se contraigan los músculos de la garganta, realizar algún tipo de ejercicio físico diario; como caminar 30 minutos tres o cuatro días a la semana así como evitar el consumo de tabaco, alcohol y cierto tipo de medicamentos como tranquilizantes o pastillas para dormir, si no han sido prescritas por el médico.

Por último sugieren: "dormir de lado, si se duerme boca arriba, la lengua y el paladar blando pueden apoyarse en la parte posterior de la garganta y bloquear las vías respiratorias".

Fuente: EFE Salud