La pandemia de covid ha impactado negativamente en los programas de tuberculosis en todo el mundo, aumentando la incidencia y la mortalidad de esta enfermedad tan antigua como letal, sobre todo en los países de ingresos medios y bajos.
Hoy en día, la tuberculosis continúa siendo una de las enfermedades infecciosas más mortíferas. Cada día, se lleva la vida de más de 4.100 personas y cerca de 30.000 contraen esta enfermedad que se puede prevenir y curar.
Y ahora con la pandemia, se han registrado repercusiones negativas en múltiples ámbitos de esta enfermedad, como en el número de casos identificados y notificados, la incidencia, la mortalidad y la financiación de sus programas, particularmente los de Investigación.
Tuberculosis, covid-19 y mortalidad
Con la pandemia de covid se registró el citado retroceso en los programas de tuberculosis.
Paralelamente, el miedo a contraer la covid y el temor a la estigmatización (en ciertas partes de África) también evitaron que los pacientes acudieran a los centros sanitarios.
Las actividades comunitarias para la lucha contra la tuberculosis, así como la búsqueda activa de casos a nivel comunitario, se suspendieron al inicio en muchos países debido a la pandemia y a la falta de directrices claras sobre cómo llevar a cabo dichas actividades.
La OMS ha notificado una reducción en el número de personas en tratamiento para la TB del 15% para la TB resistente a los fármacos, así como de aproximadamente 1 millón de tratamientos preventivos de la TB menos ofrecidos entre 2019 y 2020.
Según el Informe Mundial sobre Tuberculosis, en 2020, los gastos dedicados a los pacientes con tuberculosis, tanto a nivel hospitalario como a nivel ambulatorio, disminuyeron en un 8,7%, con respecto a 2019, como consecuencia de la reducción en las notificaciones de casos de TB, los cambios en las modalidades de tratamiento (expedición de recetas para varios meses o de forma no presencial) y la reasignación de los fondos a actividades para luchar contra el covid-19.
EFE Salud