La Real Academia Sueca de Ciencias ha decidido otorgar el Premio Nobel de Química de este año a Carolyn R. Bertozzi de la Universidad de Stanford, Morten Meldal de la Universidad de Copenhague y K. Barry Sharpless de Scripps Research por llevar la química a la era del funcionalismo.

El enfoque de este año se centró en facilitar los procesos difíciles y encontrar nuevos ideales químicos y dejar que la simplicidad y la funcionalidad tengan prioridad.

Mientras que Bertozzi se llevó el premio por elevar la química del clic a una nueva dimensión y emplearla en organismos vivos, Sharpless y Meldal fueron premiados por su trabajo al sentar las bases mismas de esa forma funcional de química.

En esta ocasión, la premiación se basó específicamente en la "química del clic", la cual se refiere a los bloques de construcción moleculares que se unen de manera rápida y eficiente; un desarrollo que respondió a la necesidad de que los investigadores farmacéuticos para construir moléculas cada vez más complicadas.

Johan Åqvist, presidente del Comité Nobel de Química, dijo: "El Premio de Química de este año se trata de no complicar demasiado las cosas, sino de trabajar con lo que es fácil y simple".

No obstante, ha sido Carolyn Bertozzi quien ha llevado la química de los clics al siguiente nivel. Al desarrollar reacciones de clic que funcionan dentro de los organismos vivos, Bertozzi pudo mapear los glicanos (biomoléculas importantes pero esquivas en las superficies celulares).

Conocido como "reacciones bio-ortogonales", el proceso puede tener lugar sin alterar la química normal de la célula y se ha implementado a nivel mundial para rastrear procesos biológicos y para la exploración celular.

De hecho, es a través de reacciones bio-ortogonales que los investigadores han podido mejorar la orientación de los productos farmacéuticos contra el cáncer que ahora se prueban en ensayos clínicos.