Un reciente metaanálisis publicado en la revista BMC Medicine ha confirmado que los pacientes que interrumpen el tratamiento con medicamentos antiobesidad tienden a recuperar parte del peso perdido, evidenciando un efecto rebote significativo.

La investigación, liderada por Xiaoling Cai, Linong Ji y su equipo del Hospital Popular de la Universidad de Pekín (China), analizó datos de 11 ensayos clínicos aleatorizados que evaluaron el comportamiento del peso corporal tras finalizar el uso de estos fármacos. En total, se estudiaron los resultados de 1.574 pacientes tratados con medicamentos y 893 pertenecientes a grupos de control.
Aunque la magnitud del aumento de peso posterior varía según el medicamento utilizado y los hábitos de vida del paciente, los investigadores encontraron una tendencia consistente: los kilos empiezan a recuperarse a partir de las ocho semanas tras la interrupción del tratamiento y continúan aumentando, en promedio, durante unas 20 semanas antes de estabilizarse.
El estudio se centró especialmente en los agonistas del receptor GLP-1, una clase de medicamentos originalmente desarrollada para la diabetes tipo 2 y ahora ampliamente utilizada en el manejo de la obesidad, como la semaglutida (comercializada bajo marcas como Ozempic). También se analizaron otros fármacos aprobados por la FDA como el orlistat y la combinación fentermina-topiramato.
Uno de los hallazgos más notables fue el caso de pacientes tratados con tirzepatide durante 36 semanas, quienes recuperaron casi la mitad del peso perdido al suspender el tratamiento y pasar a un placebo. Esta situación se repitió en distintos grados en los demás estudios revisados.
Los autores explican que el rebote no solo depende del tipo de fármaco, sino también de factores como la presencia de diabetes, los cambios sostenidos en el estilo de vida (alimentación y ejercicio) y la duración del tratamiento.
Aunque el metaanálisis no comparó los efectos con intervenciones quirúrgicas o programas intensivos de modificación del estilo de vida, los investigadores recuerdan que también se han documentado casos de recuperación de peso tras procedimientos como el bypass gástrico o la gastroplastia.
Ante este panorama, los expertos hacen un llamado a realizar estudios con seguimiento a largo plazo para comprender mejor los mecanismos que explican el efecto rebote y desarrollar estrategias sostenibles de pérdida de peso.
La obesidad sigue siendo un problema crítico de salud pública a nivel global, con consecuencias graves para la salud cardiovascular, metabólica y psicológica. Los hallazgos de este estudio resaltan la importancia de abordar el tratamiento de la obesidad con un enfoque integral y de largo plazo, que combine farmacoterapia con cambios estructurales en los hábitos de vida.
Fuente EFE.



