Autora: Dra. Heyliana Marte. Médico egresada del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC). Interesada en la especialidad de psiquiatría. Profesora de Yoga.
A lo largo de los años, las distintas imágenes y experiencias que aparecen mientras soñamos han provocado gran curiosidad en el soñador. ¿Por qué soñamos? ¿Tienen algún significado nuestros sueños?
Para responder estas preguntas debemos tener algunas definiciones bien claras. Usualmente existe una confusión sobre la definición del sueño, por ejemplo, en las Neurociencias se lo concibe como una conducta, a diferencia de lo que se entiende en la Psicología general, en la que se la entiende al sueño, más como un estado de consciencia y no como una conducta, y es comprensible, porque el sueño es una conducta relacionada con la consciencia, la atención, la memoria y la concentración. Por lo tanto, para tener una mayor claridad sobre el tema definiremos el sueño como un proceso fisiológico el cual es regulado mediante neurotransmisores cerebrales y a través de ritmos biológicos intrínsecos de carácter periódico (ritmo circadiano), que se manifiestan con intervalos de 24 horas y que regulan el ciclo vigilia-sueño, mientras que al ensueño lo definiremos como esa actividad mental que está compuesta por percepciones o pensamientos que ocurren durante el sueño anteriormente descrito.
Los sueños tienen distintas funciones, entre ellas podemos encontrar; Consolidación de la memoria, eliminación de radicales libres acumulados, restablecimiento o conservación de la energía, regulación metabólica y endocrina, activación inmunológica, regulación térmica, homeostasis sináptica, entre otras.
Es importante saber que ciertas etapas del sueño son necesarias para que podamos sentirnos descansados y con energía al día siguiente, y otras etapas nos ayudan a aprender o crear recuerdos.
Las etapas del sueño que han podido ser evaluadas a través de la medida de las ondas cerebrales mediante un electroencefalograma, son las siguientes:
Etapa I: Sueño de Transición. En este momento el sujeto se va desconectando progresivamente y disminuye la reactividad al medio y el pensamiento empieza a divagar. En este nivel pueden aparecer fenómenos hipnagógicos como escuchar voces que pronuncian su nombre, o aparecer imágenes abstractas, caras, paisajes delante de los ojos mientras estos están que se abren y se cierran, a veces se pueden presentar rayos de luz, sonidos o sensaciones de caída al vacío que terminan sacudiendo de manera brusca al sujeto.
Etapa II: Sueño Ligero. El sujeto que está en este momento del sueño presenta una progresiva relajación muscular, una mayor desconexión del medio y una reducción progresiva de su índice metabólico; pero pese a su baja reactividad al medio, es capaz de ser despertado con la presencia de un estímulo fuerte o de mucho interés
Etapa III y IV: Sueño Profundo. Es el sueño más prolongado y profundo, con presencia de ondas lentas y se considera que es muy reparador y es el momento en el cual el individuo puede descansar
Etapa de sueño MOR (movimiento ocular rápido). Luego de unos setenta minutos de sueño, que se han ocupado principalmente en las fases III y IV, el sujeto se torna inquieto y trata de volver a la vigilia, pero en lugar de volver a la etapa I, entra en otro tipo distinto de sueño. Y es aquí donde se producen las ensoñaciones.
Pero, ¿por qué soñamos? O más bien ¿Por qué tenemos ensueños?
Algunos autores han considerado los ensueños como puertas abiertas a las profundidades del inconsciente y la personalidad, para otros incluso predicciones del futuro o mensajes sobrenaturales. En las fases del sueño profundo encontraremos ensueños de contenido abstracto, y por lo general cuando el soñador despierta se le es casi imposible recordarlos, mientras que los ensueños que se producen en la fase MOR son más vívidos, se caracterizan por ser de tipo cinematográfico y a color, haciendo más fácil que la persona pueda recordarlos cuando despierta dependiendo de las características emotivas que contenga el sueño. También se ha postulado que los movimientos oculares característicos de la fase MOR, están en relación con el movimiento que hacen los ojos para seguir las imágenes en los ensueños.
Otros autores han planteado la idea de que la actividad durante el sueño MOR y los ensueños desde donde estos emergen, servirían como una clase de práctica virtual en donde el soñador tiene la oportunidad de resolver distintos problemas en posibles escenarios futuros. Por ejemplo, el neurocientífico cognitivo, psicólogo y filósofo de la mente finlandés, Antti Renvonsuo, se ha centrado en lo que él llama la “simulación de amenazas”. Debido a lo común que pueden llegar a ser las persecuciones y agresiones en los ensueños, este sostiene que el ensueño serviría para simular y practicar respuestas frente a amenazas virtuales. Esto mejorando la forma en que nos comportaríamos frente a situaciones reales similares que podrían suceder. Estudios han mostrado que las emociones tienden a ordenarse, reduciendo así sus componentes negativos durante el ensueño. Lo que quiere decir que, aunque no recordemos nuestros ensueños estos hacen que despertemos de mejor humor y estemos más preparados para resolver problemas futuros
El estudio de la función o más bien el significado de los ensueños es un tema que hoy en día aún sigue en estudio y su análisis dependerá de la perspectiva con la cual se estudien, sin embargo, distintos autores han aportado interesantes teorías sobre sus orígenes y su posible función, siendo de las más interesantes ¨la simulación de amenazas¨ como explicación a esta serie de imágenes, percepciones y proyecciones abstractas.
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