Autora: Triana Abel Encarnación, estudiante de Medicina de 5to año en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU). Miembro del Comité Permanente en Salud Pública (SCOPH) de la Organización Dominicana de Estudiantes de Medicina (ODEM). abelinkar@gmail.com
Tras ser reportado por primera vez el verano de 1981 en los Estados Unidos, el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) se convirtió en una de las principales prioridades de salud pública en todo el mundo. En 1983 fue aislado el agente etiológico causante de la enfermedad, el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y con esto, poder percatarse de la distribución y evolución de la enfermedad se hizo posible.
En 1964 el científico Jerome P. Horwitz sintetizó por primera vez el fármaco azitotimidina (AZT, Zidovudina, Retrovir, ZDV) originalmente con el objetivo de ser usado como tratamiento quimioterapéutico, pero fracasó. Más adelante, en febrero de 1985, se pudo demostrar que era un fármaco eficaz frente al tratamiento del VIH en células in vitro y fue producido por el laboratorio GlaxoSmithKline (1). La Zidovudina es un inhibidor de la enzima transcriptasa inversa análogo de los nucleósidos (ITIN) que detiene la replicación viral, fue aprobado en 1987 como el primer tratamiento contra el VIH y de este modo fue posible evitar las consecuencias devastadoras del virus en todo el mundo (2). Aunque no es un fármaco capaz de curar la infección por VIH o el SIDA ha contribuido enormemente a prolongar la calidad de vida de los pacientes afectados. Su descubrimiento ha servido de cimiento para el desarrollo de otras moléculas que en la actualidad son cada vez más efectivas y con menores efectos adversos.
Referencias Bibliográficas:
(1) Sitio Web: http://www.aidsinfonet.org/uploaded/factsheets/47_spa_411.pdf
(2) Sitio Web: https://infosida.nih.gov/drugs/4/zidovudina/0/patient
