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¿Qué es la Psoriasis?

POR:
octubre 29, 2019

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Autor: Ibel Melendez Taveras, estudiante de Medicina de 5to año, Universidad Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), miembro de ODEM, comité SCOPE.

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel mediada por células T en la que se produce una hiperplasia de la epidermis debida a la infiltración con células inmunes y afecta a individuos con predisposición genética. Se caracteriza por la presencia de placas eritematosas bien definidas, escamosas y de bordes irregulares, que afectan fundamentalmente las regiones de los codos, las rodillas, el cuero cabelludo y el tronco (1).

Es una enfermedad de distribución mundial cuya tasa de prevalencia es de 2–3% según el país. Aunque puede aparecer a cualquier edad, suele iniciarse entre los 15 y los 35 años, con un pico máximo de incidencia en la segunda década de la vida (1). Es más común en caucásicos, mujeres y hombres son afectados en igual proporción (2). No se han informado estudios que demuestran una relación directa entre la psoriasis y una disminución de la expectativa de vida; sin embargo, en los pacientes con psoriasis se ha descrito mayor incidencia de enfermedades linfoproliferativas, metabólicas, cardíacas y autoinmunes(3).

La psoriasis tiene un fuerte componente genético. La incidencia de la enfermedad es mayor entre los familiares de primer y segundo grado de consanguinidad de pacientes con psoriasis. En los individuos con predisposición genética, el inicio o las exacerbaciones de la enfermedad suelen ser precedidas de un grupo de factores desencadenantes, entre ellos, los traumatismos (fenómeno de Koebner), las infecciones respiratorias altas por estreptococo, la infección por VIH, la hipocalcemia, el estrés psicológico y ciertas drogas como el litio, los betabloqueadores, los antimaláricos, el interferón alfa y las altas dosis de esteroides(1).

Es una enfermedad eritematodescamativa con morfología, distribución, gravedad y curso variables. Las lesiones que la caracterizan son placas bien delimitadas de borde nítido y distribución simétrica, con escamas plateadas no cohesivas, sobre una base eritematosa, que producen prurito y sensación de quemadura y en las que se encuentran el signo de Auspitz (cuando se quitan las escamas hiperqueratósicas aparecen pequeñas gotas de sangre sobre la superficie de la lesión) y el fenómeno de Koebner (desarrollo de lesiones en sitios de microtrauma repetitivo) (3).

El tipo clínico más frecuente, que afecta al 80 % – 90 % de los pacientes, es la psoriasis vulgar o psoriasis tipo-placa. Los sitios más frecuentemente afectados por las placas son el cuero cabelludo, las superficies extensoras de los codos y las rodillas, la región sacra, y la región perianal. En niños es frecuente la distribución de las lesiones en las regiones facial, genital y anal (2).

El tratamiento de la psoriasis incluye agentes antinflamatorios y antiproliferativos tópicos, fototerapia, drogas inmunosupresoras sistémicas, y más recientemente, agentes biológicos dirigidos contra estructuras moleculares que intervienen en la patogenia de la enfermedad(1). La elección del tratamiento depende básicamente de la extensión corporal, ya que las formas leves o localizadas se tratan con medidas tópicas y las formas más extensas o severas con alguna forma de terapia sistémica, además de las recomendaciones nutricionales, de hábitos y de salud mental. Los tratamientos para las formas vulgares o en placas generalizadas o muy severas incluyen fototerapia en sus diferentes variantes, retinoides sistémicos, metotrexato oral o parenteral, ciclosporina, biológicos. Estos tratamientos tienen tolerancia y eficacia limitada, sin remisiones duraderas con efectos secundarios conocidos (2).

En conclusión, la psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica y recurrente de la piel, de base inmunológica y de etiología multifactorial que puede asociarse a varias enfermedades sistémicas. A Pesar de que no existe cura para la enfermedad los síntomas se pueden controlar con el uso de tratamiento que a su vez tiene como objetivo la prevención de infecciones secundarias. La calidad de vida de los pacientes puede verse afectado en varios pacientes por cambios en su imagen corporal y producir secuelas psicológicas,por lo que es importante que se brinde al paciente conocimiento sobre la enfermedad y su tratamiento y al mismo tiempo apoyo psicológico.

Referencias

1.Alfonso-Valdés, María Elena. (2012). Inmunopatogenia de la psoriasis. Impacto en las manifestaciones clínicas y el tratamiento de la enfermedad. Revista Cubana de Hematología, Inmunología y Hemoterapia, 28(4), 357-373. Recuperado en 26 de octubre de 2019, de
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-02892012000400005&lng=es&tlng=es.

2.Ponce-Rodríguez, M. S., & Mendoza, R. (2012). Características clínico-epidemiológicas de pacientes con psoriasis en un hospital nacional. Dermatol Peru, 22(3), 144-150.

3.Giraldo Sierra, Carolina, & Velásquez Lopera, Margarita María. (2009). Psoriasis: revisión del tema con énfasis en la inmunopatogénesis. Iatreia, 22(3), 272-283. Retrieved October 26, 2019, from http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-07932009000300008&lng=en&tlng=es.

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Doctor graduado en medicina interna, con una especialidad en células madres con aplicaciones en infecciones, articulista y maestro de medicina.

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