Autor: Sai Alberto Pulido. Estudiante de 5to año de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, miembro del Comité Permanente de Intercambios Profesionales (SCOPE) de la Organización Dominicana de Estudiantes de Medicina (ODEM).

“Bajo el efecto de las drogas no te importa nada, sólo quieres aislarte del mundo y conseguir una paz interior que no se consigue en el estado normal.” – Kurt Cobain

El consumo de sustancias ilícitas se ha vuelto cada día más común en nuestra sociedad. Las drogas se han hecho tan accesibles a la mayor parte de la población que es casi inevitable evitar su presencia en todos los estratos sociales a pesar de los esfuerzos por crear consciencia, que tan fervientemente profesan las distintas entidades tanto gubernamentales como independientes.

Pese a conocer muchos de los efectos adversos que tienen estas sustancias en el hombre, no se descontinúa su uso. Hay ciertos efectos que una importante porción de la población desconoce, como son los trastornos psiquiátricos ocasionados o desencadenados por el uso o abuso de sustancias tales como el alcohol, el tabaco, el cannabis o la cocaína.

Las patologías psiquiátricas más frecuentes entre los usuarios de dichas sustancias se encuentran los trastornos el trastorno bipolar, trastornos afectivos como la depresión o la ansiedad, trastornos psicóticos y la gran predisposición a la esquizofrenia (Peacock, y otros, 2018).
“Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos.” – Confucio

El alcohol es la droga legal de elección para muchos cuando sienten que su ánimo está un poco bajo o necesitan un lubricante social para entrar en ambiente. Esto lleva a trastornos depresivos, pues si bien es cierto que causa una breve euforia, luego de consumir un poco más, produce un efecto contrario que lleva a pérdida de memoria, depresión y ansiedad (Nathan, Wallace, Zweben, & Horvath, 2018).
En cuanto al tabaco, quien sigue siendo la primera causa de muerte prevenible en el mundo, existe cada día más evidencia apoyando la fuerte correlación entre este y desordenes de ansiedad, depresión, hiperactividad, déficit de atención, y de conducta (Prochaska, Das, & Young-Wolff, 2017).

El uso del cannabis ha incrementado de manera substancial en las últimas décadas, incluso constituyéndose como legal en algunos países debido a sus efectos medicinales en ciertas patologías. Sin embargo, esta trae consigo ciertos riesgos a nivel psiquiátrico como el riesgo aumentado de esquizofrenia, depresión, ansiedad o desordenes de uso de sustancias. Aunque esto va a depender de la cantidad consumida, de la edad en la que se comenzó a usar o la vulnerabilidad genética que va a jugar un rol importante en la presentación temprana de los desórdenes antes mencionados (DrugAbuse.gov, 2019).

Por último, pero no menos importante, la cocaína, que va a producir los deseados efectos de euforia, seguridad, incremento de la atención, reducción del apetito, menos sensación de cansancio, entre otros. Pero, a su vez, puede también producir efectos adversos como ansiedad y paranoia, manías, una conducta egocéntrica, disforia, anorexia, delirios y alucinaciones, psicosis y, depresión. Esta es la más adictiva de las sustancias antes mencionadas. Esto es importante destacarlo, ya que el uso per se de cocaína no necesariamente es lo que va a llevar a los trastornos, sino el abuso de la sustancia. (Haasen, et al., 2005)

“Evite el uso de cigarrillos, el alcohol y las drogas como alternativa a ser una persona interesante.” – Marilyn Vos Savant
Ahora bien, queda la disyuntiva de ¿Cuánto es un consumo alto o bajo de estas drogas? Cada persona tiene un umbral de tolerancia distinto. Es importante saber que una parte significativa de la población mundial posee rasgos en su genotipo de algún trastorno psiquiátrico, que puede ser exacerbado con el uso de estas sustancias. Por lo que se recomienda sencillamente evitar su uso.

Como estudiante de medicina es imperativo para mí crear consciencia sobre estos temas que para algunos no son más que trivialidades. La realidad es que estamos expuestos a estos productos y somos susceptibles a la presión social y al mercadeo ya sea por las grandes multinacionales, la prensa, o el mismo grupo social del que nos rodeamos. Dando en ocasiones la impresión de que no son más que exageraciones de la gente, dejando a un lado ya sea por ignorancia o por incredulidad, las severas consecuencias que trae consigo el simple uso de estos venenos disfrazados de diversión.