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Efectos de la mezcla de disolventes químicos durante la limpieza

POR:
noviembre 11, 2021

Autor: Alarice Francisco Acevedo. 

Médico Pre-Interno de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Apasionada de la literatura, la investigación y la docencia. Monitora de la Cátedra de Fisiología Humana y Biofísica. Miembro del SCORE-ODEM.

Los disolventes son sustancias químicas orgánicas en estado líquido utilizados para disgregar, diluir o dispersar compuestos que son insolubles en agua. Constantemente todo el mundo está expuesto a este tipo de sustancias durante las actividades cotidianas normales por contaminación del aire o del agua.

Estos se absorben rápidamente en los pulmones, la piel y el tubo digestivo debido a que la mayoría son de pequeño tamaño molecular, volátiles, liposolubles y carentes de cargas eléctricas, convirtiéndose en las moléculas perfectas para atravesar libremente las membranas celulares mediante difusión pasiva, produciendo con ello intoxicaciones y enfermedades a largo plazo.

Es de interés hacer especial énfasis en las personas que se dedican a actividades de limpieza con mezclas complejas de difícil clasificación, principalmente en amas de casa, conserjes y niños, siendo la principal vía de intoxicación la inhalatoria.

Concretamente, algunas de estas sustancias son bisulfito sódico, ácido oxálico, hidróxido sódico o potásico, hipoclorito sódico, sales sódicas como boratos y fosfatos, y amoníaco; los cuales influyen en los altos niveles de contaminantes en los espacios interiores según la investigación “What are the trends in indoor air quality and their effects on human health?” realizada por la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU.

En efecto, las intoxicaciones accidentales por productos de uso doméstico son las más frecuentes en adultos que se atienden en urgencias después de las medicamentosas y las de sobredosis por drogas de abuso. Sin embargo, en la edad pediátrica ocupan el primer lugar. Las mismas son irritantes, potencialmente neurotóxicas y hepatotóxicas e incluso pueden ocasionar daños en los sistemas reproductor e inmunológico, así como defectos congénitos y ciertos tipos de cáncer (en hígado, riñones, sistema nervioso central y médula ósea). 

La mayoría de estas exposiciones agudas provocan de manera inmediata irritación en la piel y en las mucosas por liberación de derivados del cloro al mezclar agentes de limpieza e incluso, en casos graves se puede producir un edema agudo de pulmón. Otros síntomas frecuentes son euforia, excitación, mareo, náusea, vómito, estornudos, lagrimeo, odinofagia, tos, broncoespasmo, visión borrosa, tinnitus, sensación de opresión torácica o dolor abdominal y estridor laríngeo.

Sin embargo, la exposición crónica de prácticamente cualquier disolvente o mezcla de los mismos produce el síndrome del pintor o encefalopatía crónica por disolventes, la cual se caracteriza por cefalea, cansancio y trastornos del sueño con o sin alteraciones de la función neuropsicológica. 

Asimismo, muchas de estas mezclas acceden al ambiente mediante evaporación donde se diluyen y dispersar los vapores de los disolventes por todo el mundo; mientras que otros pueden emigrar hasta las aguas subterráneas incrementado con ello la contaminación ambiental. 

Por ello, es relevante recomendar evitar mezclar varias de estas sustancias, así como el uso de equipos de protección personal (guantes, mascarilla, lentes protectores, entre otros). En el caso de que se produzca irritación de la piel o los ojos, se debe proceder de inmediato al lavado de estas superficies con agua de manera continua durante 15 minutos. 

De la misma manera, se deben comprar productos cuyas etiquetas tengan las palabras “precaución” o “advertencia” en vez de aquellos que están etiquetados con los términos “veneno” o “peligro”. Además de ello, en las etiquetas también se debe de buscar la existencia de palabras relacionadas a ingredientes naturales, no tóxicos y biodegradables. 

Igualmente, se deben evadir productos con frases como: “usar en espacios ventilados”, “protéjase los ojos o use guantes para protegerse las manos”, “no tragar”, “inflamable”, “corrosivo” o “irritante” debido a que las mismas simbolizan riesgos para la salud. 

Así pues, se debe conservar en su envase original, evitar su uso excesivo y utilizar alternativas más saludables como bicarbonato de sodio, vinagre blanco y jugo de limón. Al mismo tiempo, es de obligación emplear los productos según las instrucciones del fabricante para el fin fabricado. Por otro lado, deben permanecer todo el tiempo fuera del alcance de los niños.

Referencias bibliográficas

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Doctor graduado en medicina interna, con una especialidad en células madres con aplicaciones en infecciones, articulista y maestro de medicina.

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