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Cuidando del (futuro) doctor: El Burnout Es Real

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julio 23, 2019


Autora: Estefanía Henríquez Luthje. Estudiante de medicina de quinto año del Instituto Tecnológico de Santo Domingo.

El 28 de mayo de 2019 la Organización Mundial de la Salud declaró oficialmente el síndrome de desgaste ocupacional o “burnout” como un “problema asociado al empleo que afecta la salud”. La 11va Edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades lo define como el síndrome resultante del mal manejo del estrés laboral crónico, caracterizado por tres dimensiones: 1) sentimiento de agotamiento o desgaste extremo; 2) negatividad, distanciamiento o rechazo hacia el trabajo; 3) menor rendimiento laboral (1).

Dike Drummond, médico familiar, autor, disertante y consultor en el tema de desgaste ocupacional médico propone el uso de una metáfora para describir el síndrome. Similar a una cuenta bancaria, la cuenta de energía puede tener un balance positivo o negativo. Consumes la energía que hay en la cuenta cuando realizas tus actividades cotidianas y los deberes académicos o profesionales. Haces depósitos en los momentos en los que descansas, recuperando tu balance. Si llegas a un balance negativo la cuenta no cierra, continúas trabajando a pesar de que las fuentes de energía están agotadas. El desgaste ocupacional es el conjunto de síntomas que ocurren cuando tu cuenta de energía se mantiene en un balance negativo por largos periodos de tiempo. En este estado es posible mantener la funcionabilidad, pero la capacidad de trabajo es ineficiente comparada con los momentos en los que la cuenta tiene un balance positivo (2).

“No puedes dar lo que no tienes” y es por esta razón que Drummond califica como imperante que los médicos mantengan un balance positivo en cada una de las tres cuentas de energía que cada uno posee: la cuenta física, la cuenta emocional, y la cuenta espiritual. Asimismo, se recomienda hacer todo lo posible para disminuir los niveles de estrés y el posterior drenaje de energía causado por el estrés (2).

¿Cómo recargamos las cuentas de energía?

La cuenta física se recarga cumpliendo los consejos básicos de estilo de vida sano que ofrecemos a los pacientes, pero que pocas veces como médicos ponemos en práctica: consumir alimentos altamente nutritivos, mover nuestro cuerpo por un mínimo de 150 minutos cada semana si hacemos una actividad de baja intensidad (ej. caminar), y respetar el tiempo de descanso y de sueño.

La cuenta emocional se recarga al darle mantenimiento a nuestra mente, identificando nuestros pensamientos y cómo estos nos hacen sentir. Se recarga al sostener relaciones armoniosas con las personas más importantes para nosotros, y sobre todo una relación sana con el ser que lleva la prioridad: nosotros mismos. Meditar, practicar la gratitud destacando lo positivo del día a día, y sacar tiempo personal son algunas maneras de hacer depósitos en la cuenta emocional.

¿Y la cuenta espiritual? Elegimos este camino por alguna razón. Reconectar con la motivación inicial y dedicar tiempo a lo que verdaderamente nos satisface de la carrera es una de las mejores maneras de recargar nuestra cuenta espiritual – ej. colocar recordatorios visuales en tus espacios frecuentados de los mejores momentos que has vivido durante el trayecto, y fotografías, textos o elementos que simbolicen las experiencias que deseas tener en el futuro.

Referencias:
(1) Organización Mundial de la Salud. Clasificación Internacional de Enfermedades (11a revisión) [Internet]. 2018 [citado 18 de julio de 2019]. Disponible en: https://icd.who.int/browse11/l-m/en
(2) Drummond D. Physician Burnout: Its Origin, Symptoms, and Five Main Causes. Fam Pract Manag. 2015 Sep-Oct;22(5):42-47

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Doctor graduado en medicina interna, con una especialidad en células madres con aplicaciones en infecciones, articulista y maestro de medicina.

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