Autora: Dra. Beatriz Adriana Villanueva Collins

Ortodoncia-Ortopedia Maxilofacial

Nuestras encías tienen un papel muy importante en nuestra boca, la vemos como un tejido suave, blando, pero son las encargadas de sellar, de forma muy firme y fuerte el soporte de nuestros dientes, el hueso. Las encías sanas son de un color rosa, que puede variar en pigmentación, en base al origen étnico.

Es un tejido similar a la piel, pero es, altamente sensible a ser infectada por la placa dento bacteriana que se acumula cerca de ella, por falta de higiene, de cepillado dental que es el encargado de eliminar todos los restantes de alimento de la boca después de cada comida, y empieza a cambiar su coloración a un tono rojo, se inflaman, y va en aumento y se vuelven sangrantes, empiezan a sangrar al cepillarnos, con el uso del hilo dental, y en casos muy avanzados, puede sangrar durante el habla, con el aire. La sintomatología de un cambio en el estado sano de la encía nos habla de una enfermedad gingival.

La placa dento bacteriana se acumula en la línea entre el diente y la encía, la irritación inicial es reversible, el estado inicial revierte retirando los restos de alimento acumulados, pero si no es tratada, empiezan a acrecentarse los cambios y la debilidad de la encía, se debilita el sellado, se provoca retracción de encía, quedando expuestos tejidos que deberían estar cubiertos y, así mismo, debilitándose, afectando el soporte dental, la encía se observa más abultada, le llamamos “bolsas periodontales”, el periodonto está afectado. Las bolsas se van profundizando y el problema se agrava, convirtiéndose en una periodontitis, que puede ser irreversible al no ser atendida, y causar la pérdida de piezas dentales.

La importancia de tener una buena higiene es primordial, con nuestro cepillado después de cada alimento, realizándose correctamente, retirando todos los restos alimenticios, podemos tener una salud bucodental maravillosa, muy lejos de problemas y disfrutando de una sonrisa a la vista y en función.