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Calcio y salud ósea en los niños

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diciembre 9, 2019

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Autora: Saray Cordero Spencer, estudiante de 4to año de medicina. Universidad Iberoamericana (UNIBE). Miembro del Comité Permanente de Intercambios Profesionales (SCOPE) de la Organización Dominicana de Estudiantes de Medicina (ODEM).

La salud ósea y la adecuada ingesta de calcio durante todas las etapas de la vida, dígase desde la concepción en el vientre de la madre hasta la vejez, es una recomendación muy recalcada que todos en algún momento de nuestras vidas hemos escuchado. Antes de empezar a describir las razones del por qué casi todos los profesionales en la salud sin importar su área o especialidad de trabajo acentúan lo importante que es mantener una buena salud ósea, sería idóneo definir algunos términos para así poder comprender mejor las correlaciones entre el calcio, el tejido óseo y lo imprescindible que es para nuestro bienestar llevar un buen cuidado de los huesos e inculcar hábitos desde la niñez que ayuden a mantenerlos, evitando problemas óseos.

Los huesos son órganos firmes compuestos principalmente por tejido óseo, un tipo de tejido conectivo especializado, además de cartílagos, vasos, nervios y en uno que en otro caso, tejido hematopoyético y adiposo. Estos poseen varias formas y cumplen diversas funciones vitales, entre ellas actuando como sostén o soporte de órganos y tejidos blandos al conglomerarse y formar lo que conocemos como el esqueleto. Al articularse entre sí, más la ayuda de tendones y músculos, permiten el movimiento mediante contracciones sincronizadas; protegen los órganos en casos de traumatismos severos, son reservas energéticas a través de la médula ósea amarilla contenida en ellos, contribuyen a la formación de glóbulos rojos y, la razón de este artículo, el tejido óseo se encarga del abastecimiento de varios minerales como el calcio y el fósforo cuando estas sustancias son necesarias en otras partes del cuerpo (1).

Por añadidura, los huesos de los niños y adolescentes son más pequeños que los de un adulto. En particular, contienen cartílago de crecimiento también conocido como "placa de crecimiento" o "placa epifisaria". Estas placas están compuestas por células cartilaginosas que se multiplican, creciendo en longitud y convirtiéndose, más adelante, en hueso mineralizado y duro (2). La mayoría de los seres humanos alcanzan el mayor nivel de masa ósea a los 20 años, mientras que la pérdida lenta y degenerativa comienza a los 30 años como parte de el proceso normal de envejecimiento (3).

Siendo así, ¿por qué la nutrición es un factor fundamental para el crecimiento de los huesos y su mineralización? El calcio es el principal elemento para tener huesos fuertes, saludables y es un nutriente que no se sintetiza en el cuerpo, por lo que significa que debe ser obtenido mediante alimentos. Este se obtiene de distintas fuentes alimenticias pero los productos lácteos son considerados el mejor orígen. El periodo más crítico del crecimiento óseo es desde la niñez hasta la adolescencia. Es por esto que mientras más masa ósea se “acumule” durante este periodo, mejor se resiste la inevitable pérdida que sufren los huesos y mejor se protege de enfermedades en la adultez como la osteoporosis. Es un hecho demostrado que la adquisición de una propia mineralización en la infancia constituye una clave en la prevención de la osteoporosis. Al igual que ayuda a prevenir las fracturas de huesos comunes en personas de mayor edad (3).

Durante el crecimiento, todos producen hueso a un ritmo diferente que depende de su potencial genético, factores ambientales y nutrición. Por lo general, la capacidad ósea más su fortaleza depende tanto como del tamaño de los huesos como de la cantidad de mineral que contienen y es por esto que los niños sanos alcanzan su máximo potencial genético con un estilo de vida saludable que incluya el consumo apropiado de calcio, vitamina D y la actividad física. No obstante, como es necesario para prevenir a un futuro, también lo es para prevención durante el mismo crecimiento. Debido a que la falta de calcio en los niños puede tener consecuencias como deformidades óseas, raquitismo y mayor fragilidad en los huesos convirtiéndolos más propensos a fracturas.

El Instituto de Medicina de Estados Unidos recomienda un consumo diario de: 200 miligramos para bebés entre 0 y 6 meses, 260 miligramos para bebés entre 7 y 12 meses, 700 miligramos para niños entre 1 y 3 años y 1000 miligramos para los niños entre 4 y 8 años. Sin olvidar, que además de tomar en la dieta el calcio necesario, tomar alimentos ricos en vitamina D ya que ésta ayuda a absorber el calcio de los alimentos.

Para concluir, enfatizar que la estrategia para una óptima salud ósea, es crear un buen almacén de calcio e invertir en él durante la infancia y juventud para un mayor rendimiento en la adultez.

Referencias
1. Hueso – EcuRed [Internet]. Ecured.cu. 2019 [citado 8 Noviembre 2019]. Disponible en: https://www.ecured.cu/Hueso#Funciones
2. Huesos, músculos y articulaciones (para Padres) – KidsHealth [Internet]. Kidshealth.org. 2019 [citado 8 Noviembre 2019]. Disponible en: https://kidshealth.org/es/parents/bones-muscles-joints-esp.html
3. Niños y la Salud Ósea | Endocrine Society [Internet]. Hormone.org. 2019 [citado 8 Noviembre 2019]. Disponible en: https://www.hormone.org/pacientes-y-cuidadores/los-ninos-los-adolescentes-y-la-salud-osea

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Doctor graduado en medicina interna, con una especialidad en células madres con aplicaciones en infecciones, articulista y maestro de medicina.

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