Autora: Katherine L. Peña Hernández. Estudiante de 4to año de la Escuela de Medicina de la Universidad Iberoamericana (UNIBE). Miembro de la Organización Dominicana de Estudiantes de Medicina (ODEM) y del Comité Permanente de Intercambios Profesionales (SCOPE). Miembro de lo grupos de Cirugía (SIG), Cardiología (GCU), Medicina Deportiva (MEDEU), Neurología (NEUROX) y Ginecología y Obstetricia (GOING) de la Universidad Iberoamericana.
A lo largo de los últimos años se han realizado numerosos estudios que resaltan la importancia de realizar actividad física de forma regular y sus beneficios para la salud general. A nivel mundial, la inactividad física en sí misma se considera como el cuarto factor de riesgo más influyente sobre la mortalidad en todo el mundo (6% de defunciones a nivel mundial), siendo superado por la hipertensión (13%), el consumo de tabaco (9%) y los niveles elevados de glucosa en sangre (6%) (1).
La naturaleza modificable de estos factores de riesgo y la costo-efectividad de las intervenciones, han convertido la promoción de estilos de vida saludable en una estrategia mundial para disminuir el riesgo de padecer enfermedades como la obesidad, la diabetes y enfermedades cardiovasculares. (2) Las investigaciones acerca de los beneficios de la actividad física y el deporte suelen estar enmarcadas dentro del contexto clínico, que limitan la práctica del deporte únicamente a la disminución de la probabilidad de ocurrencia de ciertas patologías. No obstante, es igualmente significativo reconocer la importancia del ejercicio físico en otros contextos de la vida humana. Cada vez son más demostrables los beneficios del deporte sobre los procesos de socialización, procesos mentales (cognición), rendimiento académico y mejoramiento de la calidad de vida de las personas que lo practican.
Sin embargo, existe una mayoría significativa de publicaciones que se centran en resaltar una relación contradictoria no saludable entre los futuros médicos y la actividad física. En ese sentido, una investigación realizada en la Universidad Tecnológica de Pereira en el 2009, arrojó que la percepción del estado de salud y el grado de actividad física de los estudiantes de medicina disminuye de forma considerable a partir del noveno semestre. El mismo estudio reveló que solo el 50 % de los estudiantes a ese nivel realiza algún tipo de actividad física; a pesar de que más del 80 % de todos integrantes de la muestra sí lo hacía antes de haber entrado a la facultad. Otra luz en este estudio fue que para los estudiantes medicina la interrupción de estilos de vida saludables se debe principalmente a las exigencias de los estudios y la falta de tiempo (2). Algunos autores sugieren que es necesario promover hábitos saludables entre los estudiantes de medicina para poder impactar positivamente los estilos de vida de sus pacientes. Esto último basado en la gran importancia que ha cobrado el papel del personal de salud, en especial el rol del médico y su estilo de vida en la modificación de los hábitos de los pacientes.
Con base en los beneficios innegables del deporte sobre la salud, se ha demostrado que la actividad física tiene un efecto muy positivo sobre la salud mental, ayudando a reducir los síntomas de la depresión y la ansiedad. Así mismo, la participación de los individuos en algún deporte, puede ayudar a construir una autoestima más sólida, una auto-imagen positiva de sí mismo y una mejora de la calidad de vida. Estas ventajas obedecen a una combinación entre la actividad física y los aspectos socioculturales que le acompañan. El ser físicamente activo puede también reducir las conductas auto-destructivas y antisociales en la población joven, a la cual corresponde la mayoría de los estudiantes de medicina. De igual forma puede observarse la actividad física como un elemento protector para la aparición de trastornos de personalidad, estrés laboral o académico, ansiedad social, falta de habilidades sociales, disminución del impacto del estrés postraumático (3).
En el 2002 un grupo de investigadores japoneses realizaron un estudio de evaluación cognitiva (BrainWork) con jóvenes adultos sedentarios. Mediante este estudio se desmostró que luego de un programa de entrenamiento (basado en realizar ejercicio moderado por treinta minutos, tres veces a la semana, durante tres meses) el nivel de atención, control inhibitorio y memoria de trabajo aumentaron de forma estadísticamente significativa en todos los participantes. Los resultados de las pruebas de inteligencia mostraron una clara mejoría en la función del lóbulo frontal del cerebro. Además, los autores observaron que las puntuaciones comenzaban a bajar si los participantes abandonaban el entrenamiento (3).
Actualmente contamos con evidencia teórica que indica que el ejercicio físico tiene una fuerte influencia en aspectos que no se habían considerado anteriormente, sobre todo a nivel cognitivo, emocional, social y conductual. Con beneficios tan altos y relevantes es necesario que se adopten políticas para estimular la actividad física entre los estudiantes de medicina; no solo para beneficio personal, sino también a fin de impactar transversalmente en la adopción de estilos de vida más saludables en los paciententes e ir desempeñando desde la formación nuestro rol como embajadores de la salud integral.
REFERENCIAS
Yapo R. (2014). Actividad Física En Estudiantes De La Escuela De Tecnología Médica De La Facultad De Medicina De La Universidad Nacional Mayor De San Marcos En El Mes De Diciembre Del 2013. Octubre de 2019, de Universidad Nacional Mayor De San Marcos. Disponible en: http://cybertesis.unmsm.edu.pe/bitstream/handle/cybertesis/3803/Yapo_er.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Moreno G., Moreno J., Gómez L. (2009). Hábitos y estilos de vida en estudiantes de segundo y noveno semestre de Medicina de la Universidad Tecnológica de Pereira. Octubre de 2019, de UTP. Disponible en: http://revistas.utp.edu.co/index.php/revistamedica/article/view/669
Ramírez W., Vinaccia S., Ramón G. ( 2004). El Impacto de la Actividad Física y el Deporte Sobre la Salud, la Cognición, la Socialización y el Rendimiento Académico: Una Revisión Teórica. Octubre de 2019, de Universidad de los Andes, Revista de Estudios Sociales Disponible en: https://revistas.uniandes.edu.co/doi/pdf/10.7440/res18.2004.06
