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Análisis neuropsiquiátrico del suicidio

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octubre 29, 2019

heyliana.jpgAutora: Heyliana Marte Abreu, estudiante de Medicina de 2do año del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC). Miembro del Comité

Permanente en Salud Pública (SCOPH) de la Organización Dominicana de Estudiantes de Medicina (ODEM).

En los últimos años, ha habido un creciente interés en la asociación entre las intervenciones psicosociales en el estilo de vida, las enfermedades mentales graves y el riesgo de suicidio. Los pacientes con trastornos mentales graves tienen una tasa de mortalidad más alta, estados de salud deficientes y un mayor riesgo de suicidio en comparación con la población general. Las conductas de estilo de vida pueden modificarse mediante la adopción de intervenciones psicosociales específicas, y se han promovido varios enfoques. (1)

En un estudio en el cual se tomó como propósito investigar comportamientos de estilo de vida e intervenciones de estilo de vida en tres grupos de edad diferentes: adolescentes, adultos jóvenes y ancianos. Varios comportamientos de estilo de vida, incluido el tabaquismo, el consumo de alcohol y el estilo de vida sedentario, están asociados con el riesgo de suicidio en todos los grupos de edad. En los adolescentes, ha surgido una creciente atención sobre la asociación entre el riesgo de suicidio y la adicción a internet, el ciberacoso y las dificultades escolares y familiares. En los adultos, los síntomas psiquiátricos, el abuso de sustancias y alcohol, el peso y las dificultades laborales parecen tener un papel importante en el riesgo de suicidio. Finalmente, en los ancianos, la presencia de un producto orgánico. (1)

La enfermedad y el apoyo social deficiente se asocian con un mayor riesgo de intento de suicidio. Varios factores pueden explicar la asociación entre los comportamientos de estilo de vida y el suicidio. Primero, muchos estudios han informado que algunos comportamientos de estilo de vida y sus consecuencias (estilo de vida sedentario, bajo peso al fumar cigarrillos, obesidad) están asociados con factores de riesgo cardiometabólico y con mala salud mental. En segundo lugar, varios comportamientos de estilo de vida pueden fomentar el aislamiento social, limitar el desarrollo de las redes sociales y alejar a las personas de las interacciones sociales; aumentando su riesgo de problemas de salud mental y suicidio. (1)

El suicidio es uno de los resultados más desastrosos para los trastornos psiquiátricos. Los avances recientes en psiquiatría biológica han sugerido una relación positiva entre algunas anormalidades cerebrales específicas y síntomas específicos en trastornos psiquiátricos cuyas bases orgánicas eran previamente completamente desconocidas. Se considera que las microglias, células inmunes en el cerebro, desempeñan papeles cruciales en la inflamación cerebral al liberar mediadores inflamatorios y se sugiere que contribuyan a varios trastornos psiquiátricos como la depresión y la esquizofrenia. Recientemente, se ha sugerido que la microglia activada es una de las posibles células que contribuyen al suicidio y a los comportamientos suicidas a través de diversos mecanismos, especialmente la vía triptófano-kinurenina. (2)

El trastorno depresivo mayor se asocia con marcadores inflamatorios periféricos elevados. La evidencia creciente también sugiere que la inflamación está involucrada en el comportamiento suicida. Sin embargo, la implicación de la inflamación en los cerebros de las personas con depresión y su asociación con la ideación suicida necesita mayor aclaración. La proteína translocadora (TSPO), que está regulada por incremento en la glía activada (predominantemente microglia), puede medirse como una indicación de neuroinflamación in vivo usando tomografía por emisión de positrones y radioligandos específicos de TSPO. (3)

En un estudio en donde se utilizó la tomografía por emisión de positrones [ 11 C] (R) -PK11195 para comparar la disponibilidad de TSPO en la corteza cingulada anterior (ACC), la corteza prefrontal y la ínsula, entre 14 pacientes libres de medicamentos en un episodio depresivo mayor de al menos gravedad moderada y 13 sujetos de control sanos emparejados, se confirmó la evidencia de una mayor disponibilidad de TSPO, que sugiere una activación predominantemente microglial, en el ACC durante un episodio depresivo mayor moderado a severo. Este tipo de hallazgos proporcionan un incentivo adicional para evaluar las terapias antiinflamatorias en el trastorno depresivo mayor. (3)

El metabolismo del triptófano (Trp) (aminoácido esencial en la nutrición humana) a lo largo de las vías de la serotonina (5-HT) y la quinurenina (Kyn) se encontró disfuncional en pacientes afectados por depresión mayor y en el suicidio. (4)

En un estudio realizado donde se analizaron los marcadores periféricos de Trp a través de las vías 5-HT y Kyn, se encontró que la disponibilidad reducida de Trp para la síntesis de 5-HT y la activación incrementada de la ruta de Kyn y el cortisol, se correlacionan con la depresión y el suicidio.

Los niveles bajos de Trp en plasma pueden ser un biomarcador de depresión mayor y suicidio en depresión mayor. (4)

El suicidio es una causa importante de muerte en todo el mundo y representa un importante problema social y de atención médica. En general, el asunto en cuestión es relativamente complejo y es probable que haya una gran cantidad de subregistro. Sin embargo, los suicidios pueden prevenirse, al menos parcialmente, restringiendo el acceso a los medios de suicidio, capacitando a los médicos de atención primaria y al personal de salud para identificar a las personas en riesgo, así como para evaluar y manejar las crisis respectivas, brindar atención de seguimiento adecuada y abordar la forma en que esto es informado por los medios de comunicación. (5)

Referencias bibliográficas:

Berardelli I, Corigliano V, Hawkins M, Comparelli A, Erbuto D and Pompili M (2018) Lifestyle Interventions and Prevention of Suicide. Front. Psychiatry. 9:567. Recuperado de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30459660

Suzuki H, Ohgidani M, Kuwano N, Chrétien F, Lorin_de_la_grandmaison G, Onaya M, Tominaga I, Setoyama D, Kang D, Mimura M, Kanba S and Kato TA (2019) Suicide and microglia: Recent findings and future perspectives based on human studies. Front. Cell. Neurosci. Recuperado de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30814929

Holmes S.E, Hinz R., Conen S., Gregory C.J, Matthews J.C, Anton-Rodriguez J.M, Gerhard A. & Talbot P.S, Elevated translocator protein in anterior cingulate in major depression and a role for inflammation in suicidal thinking: a PET study, Biological Psychiatry (2018). Recuperado de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28939116

Amel Messaoud, Mensi Rym, Wahiba Douki, Fadoua Neffati, Mohamed Fadhel Najjar, Gabriella Gobbi, Flavia Valtorta, Lotfi Gaha & Stefano Comai (2018): Reduced peripheral availability of tryptophan and increased activation of the kynurenine pathway and cortisol correlate with major depression and suicide, The World Journal of Biological Psychiatry. Recuperado de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29683396

Bachmann, S. (2018): Epidemiology of Suicide and the Psychiatric Perspective. International Journal of Environmental Research and public health. 15 (7). Recuperado de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29986446

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Doctor graduado en medicina interna, con una especialidad en células madres con aplicaciones en infecciones, articulista y maestro de medicina.

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