Autora: Katherine L. Peña Hernández
Descripción de la autora: Estudiante de 4to año de la Escuela de Medicina de la Universidad Iberoamericana (UNIBE). Miembro de la Organización Dominicana de Estudiantes de Medicina (ODEM) y del Comité Permanente de Intercambios Profesionales (SCOPE). Miembro de los grupos de Cirugía (SIG), Cardiología (GCU), Medicina Deportiva (MEDEU), Neurología (NEUROX) y Ginecología y Obstetricia (GOING) de la Universidad Iberoamericana.
“Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina”, Hipócrates (padre de la medicina moderna). Desde tiempos remotos se reconoce la importancia de la buena alimentación y su influencia sobre la salud general. La base de una buena nutrición radica en el equilibrio, la variedad y la moderación de lo que se ingiere. Sin embargo, la alimentación moderna es a menudo desequilibrada, desestructurada y se suele coexistir con estilos de vida cada vez más sedentarios.
Una dieta equilibrada, suficiente en calidad y cantidad de nutrientes, es necesaria para disminuir el riesgo de enfermedades crónicas de origen nutricional y mejorar la calidad de vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe que la dieta saludable es uno de los principales factores de promoción y mantenimiento de un buen estado de salud durante el ciclo vital. (1)
La transición hacia la educación superior trae consigo alteraciones muy diversas en la vida del individuo, en el contexto de las responsabilidades familiares y escolares, la modificación de su círculo social y los cambios en su contexto cultural y muchas veces económico. Esto puede influir en la variación de los estilos de vida de los estudiantes universitarios y por cuanto afectar tanto su estado nutricional como su salud. Un estudio realizado en 2015 en la facultad de Medicina Humana de la Universidad de San Martin de Porres, Lima, Perú arrojó que menos de un cuarto de los estudiantes de medicina consumían tres o más comidas al día y que entre el mismo grupo alrededor del 20% consumía comida rápida y gaseosas al menos tres veces por semana. (2) En ese sentido, dentro de los hábitos alimentarios que frecuentemente se observan en estudiantes universitarios, se encuentra la omisión de tiempos de comida, especialmente el desayuno. Numerosos estudios enfatizan la influencia que tiene el desayuno sobre el rendimento físico e intelectual, y es considerado como una de las comidas más importantes en la dieta. Pero a pesar de su importancia, la omisión del mismo o su ingesta de forma inadecuada resulta ser una practica muy frecuente entre los adolescentes, principalmente entre aquellos que cursan una carrera universitaria; atribuido muchas veces a la falta de tiempo o poco apetito a tempranas horas del día. (3)
El omitir tiempos de comida y la ingesta de una dieta deficiente conlleva serias repercusiones en la salud. Las comidas rápidas resultan muy atractivas por su sabor, fácil obtención y economía en costo. Sin embargo, debemos tener presente que este tipo de alimentos hipercalóricos y con exceso de grasas no solo son perjudiciales para la salud general, sino que también repercuten negativamente en el rendimiento académico. En cambio, ingerir diariamente una dieta equilibrada y adecuada favorece la memoria y mejora la capacidad de atención, concentración y aprendizaje. Además de favorecer un adecuado estado de salud general. Por ello, implementar estrategias que prevengan tempranamente la adquisición o el reforzamiento de hábitos alimentarios inadecuados puede tener efectos significativos en la salud a corto y largo plazo.
Como forma de promover los buenos hábitos nutricionales, enumeremos cómo beneficia una alimentación sana a los estudiantes: (4)
1. FAVORECE LA MEMORIA
Llevar una alimentación sana durante la etapa estudiantil beneficia la concentración y la memoria. Esto implica consumir al menos 5 comidas al día con alimentos bajos en grasas y azúcares, y evitar la ingesta de comidas pesadas que favorecen la somnolencia y reducen el rendimiento académico.
2. AUMENTA EL BIENESTAR PERSONAL
Una dieta equilibrad favorece la tranquilidad, el positivismo y la saciedad. Especialmente si se acompaña de una ingesta adecuada de agua.
3. MÁS ENERGÍA
Los hidratos de carbono como pastas, arroz y legumbres ayudarán generar más energía. Además, son alimentos imprescindibles en etapas que requieren un mayor esfuerzo físico o psicológico.
4. MEJORA EL APRENDIZAJE
Alimentos con elevado contenido de proteínas, como las carnes o el pescado blanco, permiten mantener un buen estado nutricional y de salud. Sobre todo cuando se incorporan vitaminas y minerales provenientes de las frutas y verduras; que además mejoran el aprendizaje.
REFERENCIAS
1. Troncoso, C., Doepking, C. and Silva, E. (2011). How important is nutrition for college students?. [en línea] Medwave. Disponible en: https://www.medwave.cl/link.cgi/Medwave/Estudios/Investigacion/5034 [Fecha de consulta: 16 Nov. 2019].
2. Torres-Mallma, C., Trujillo-Valencia, C. and Urquiza-Díaz, A. (2016). Food habits in medical students in first and sixth year of a prívate university of Lima, Peru. [en línea] Scielo. Disponible en: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-75182016000200006 [Fecha de consulta: 16 Nov. 2019].
3. Rizo-Baeza, M., González-Brauer, N. and Cortés, E. (2014). Calidad de la dieta y estilos de vida en estudiantes de Ciencias de la Salud. 1st ed. Alicante. España: Universidad Miguel Hernández, p.154.
4. Residencia CIVITAS. (2019). Beneficios de una alimentación sana [en línea] Disponible en: http://www.residenciacivitas.com/beneficios-alimentacion-sana-estudiantes/ [Consultado: 16 Nov. 2019].
