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Descubren vínculo entre déficit de vitamina D y la enfermedad pulmonar

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junio 20, 2018

Investigadores de Johns Hopkins descubrieron que el déficit de vitamina D en la concentración sanguínea está ligado al aumento de riesgo de los primeros indicios de la enfermedad pulmonar. El hallazgo fue posible por una revisión de la información médica recopilada de más de 6 mil adultos en un plazo de 10 años. 

La enfermedad pulmonar intersticial es un grupo de trastornos, relativamente raros, que se caracterizan por la inflamación y la formación progresiva de cicatrices en el tejido pulmonar, y pueden provocar un daño progresivo, incapacitante e irreversible. En Estados Unidos, se diagnostican unos 200 mil casos al año, la gran mayoría de ellos producidos por toxinas ambientales como el asbesto o la carbonilla (polvo de carbón), pero también a causa de algunas enfermedades autoinmunitarias, debido a infecciones, a los efectos secundarios de los medicamentos y, en ciertas ocasiones, por causas desconocidas.

Después de recibir el diagnóstico, la mayoría de la gente no sobrevive por más de 5 años. En una serie de estudios, los investigadores querían encontrar factores nuevos con potenciación a ser tratados y a ser identificados con imágenes por tomografía computarizada, que estuvieran vinculados a los primeros indicios de la enfermedad—las anomalías en las imágenes pueden visualizarse mucho antes de que se desarrollen los síntomas—para así ayudar a guiar las futuras estrategias preventivas.

Los resultados de los análisis de los datos más recientes, publicados en la revista Journal of Nutrition el 19 de junio, indican que el déficit de vitamina D puede ser uno de los factores activamente implicados en el desarrollo de la enfermedad pulmonar intersticial.

Aunque los investigadores advierten que sus resultados no pueden demostrar una causa y un efecto, la información respalda la necesidad de realizar estudios futuros para investigar si el déficit de vitamina D puede responder al tratamiento médico, ya sea con suplementos o con la exposición solar, para potencialmente prevenir o retrasar el progreso del trastorno en aquellos que se ven amenazados por la enfermedad.

Actualmente, no existe ningún tratamiento comprobado, o la cura, para la enfermedad pulmonar intersticial establecida.

“Ya sabíamos que la hormona activadora de la vitamina D posee propiedades antiinflamatorias y que ayuda a regular las alteraciones del sistema inmunitario causadas por la EPI”, explica la Dra. Erin Michos, profesora adjunta de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y directora adjunta de cardiología preventiva del Centro Ciccarone para la Prevención de Enfermedades Cardiovasculares.

“En la literatura existente hay pruebas de que la vitamina D juega un papel importante en las enfermedades pulmonares obstructivas como la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y el asma, y ahora hemos descubierto que también existe un vínculo con este tipo de enfermedad pulmonar con tejido fibrótico”, dijo.

Para estudiar dicha asociación, Michos y su equipo de investigadores utilizaron los datos del MESA (Estudio Multiétnico de Aterosclerosis), que reclutó a 6 mil 814 personas entre el 2000 y el 2002. La edad promedio de los participantes fue de 62 años, y un 53 por ciento fueron mujeres. Treinta y ocho por ciento de los participantes fueron blancos, 28 por ciento afroamericanos, 22 por ciento hispanos y 12 por ciento chinos.

Durante la primera visita a la clínica, miembros del personal tomaron muestras de sangre de cada participante para medir, entre otras cosas, las concentraciones de vitamina D. A aquellos con concentraciones de vitamina D con menos de 20 nanogramos por mililitro—un 20 por ciento de los participantes—se les clasificó como pacientes con una concentración del nutriente de nivel “intermedio” aunque no óptimo, mientras que a aquellos con concentraciones de 30 nanogramos por mililitro o más, se les clasificó como pacientes que contaban con las concentraciones o niveles recomendados.

A todos los pacientes les hicieron tomografías computarizadas del corazón durante su primera visita, y también durante otras visitas; esas imágenes brindaron una visualización parcial e incidental de los pulmones.

Durante el décimo año, las tomografías de los pulmones de 2.668 de los participantes fueron evaluadas por un radiólogo para detectar la presencia de tejido cicatrizado y otras anomalías.

Los participantes con un déficit de vitamina D manifestaron, como promedio, un volumen elevado (de unos 2.7 centímetros cúbicos) de manchas pulmonares claramente visibles, lo que sugiere un daño en los tejidos pulmonares, en comparación con aquellos con niveles adecuados de vitamina D. Estas diferencias se detectaron después de implementar ciertas modificaciones, entre ellas, la edad de los participantes y sus factores de riesgo de desarrollar enfermedades pulmonares debido a su estilo de vida, como: si eran fumadores o no, un cálculo de la cantidad de los paquetes de cigarrillos fumados durante sus vidas, el sedentarismo y la obesidad.

Al examinar los datos de las tomografías de los pulmones, los investigadores explicaron que también las personas con un déficit de vitamina D de nivel intermedio tenían una propensión de un 50 a 60 por ciento de manifestar anomalías en sus tomografías pulmonares, una indicación de los primeros síntomas de la enfermedad pulmonar intersticial, comparados con aquellos con niveles óptimos de vitamina D.

“Nuestro estudio propone que los niveles adecuados de vitamina D son un factor importante de la salud pulmonar. Ahora debemos considerar añadir el déficit de vitamina D a la lista de factores vinculados a los procesos patológicos, junto a los factores de riesgo de la EPI ya conocidos, como las toxinas ambientales y el tabaquismo”, dice Michos.

Todos pueden aumentar sus niveles de vitamina D si pasan 15 minutos al día disfrutando del sol de verano o con un régimen alimenticio compuesto de pescado azul (pescado graso) y productos lácteos enriquecidos con vitamina D. Para las personas con deficiencias significativas hay que considerar la suplementación de vitamina D.

Según el estudio de la carga mundial de morbilidad del 2013, unas 595 mil 000 personas en todo el mundo desarrollan la enfermedad pulmonar intersticial cada año, y unas 491 mil 000 mueren por su causa cada año.

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Doctor graduado en medicina interna, con una especialidad en células madres con aplicaciones en infecciones, articulista y maestro de medicina.

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