Al conmemorarse el 30 de marzo el día mundial de la bipolaridad la doctora Nathalia Montero Crúz, que es médico psiquiatra especialista en terapia familiar y en nutriología clínica, nos explica como la bipolaridad es una enfermedad psiquiátrica que pertenece al grupo de trastornos del estado de ánimo de las personas.

Esta se caracteriza en que los pacientes presentan fluctuaciones anímicas que van desde un punto extremo alto que se llama manía o hipomanía y otro que es el más bajo que es la depresión, y es por eso que se llama trastorno bipolar por las oscilaciones en el ánimo.

Siempre pasando por un estado donde los síntomas no se perciben, esto se llama eutimia o estado de ánimo de la persona.

La doctora Montero aclara que la bipolaridad puede afectar a cualquier persona ya se estudiante, amas de casa, ingenieros, médicos etc. Ya que las enfermedades mentales no se distinguen en sexo, edad y/o condición social.

Expresa que el trastorno bipolar se puede detectar de acuerdo a las fases que presente el paciente. Entre estas fases se encuentran, la fase de manía o hipomanía que es donde el paciente está muy alto y la fase de depresión.

Dice que la fase de hipomanía a depresión no se da en un mismo día, ni en una misma semana, se necesita un determinado tiempo significativo para ver que el paciente pase de una fase a la otra, aunque hay pacientes que presentan síntomas mezclados y esto puede hacer el trabajo un poco complicado.

“La diferencia por ejemplo en cuanto a lo sexo, la única es que en hombres suele debutar con manías o hipomanías y las mujeres pueden debutar como depresión”, explicó.

La doctora resalto también, que está el trastorno bipolar uno el trastorno bipolar dos, atendiendo a sus características clínicas.

Explica que en la historia hay muchos famosos que han sufrido del trastorno bipolar y han hecho cosas grandiosas se han resaltado en la historia del mundo como fue el caso de Vincent Van Gogh, debido a que los genes que tienen que ver con algunos trastornos mentales, también se relacionan con la creatividad.

Por Adiluz Galvá